La dieta que propone eliminar los carbohidratos y aumentar el consumo de proteínas puede provocar distintos problemas de salud.
En 1920, la dieta keto o cetogénica comenzó a utilizarse como tratamiento anticonvulsivo, es decir, para reducir las crisis epilépticas. Los fármacos específicos desplazaron su uso, hasta que tuvo un resurgimiento en el grupo de dietas para bajar peso.
Esta dieta es baja en carbohidratos y alta en grasas. La glucosa como fuente de energía para las células se agota rápidamente y el organismo utiliza una vía alternativa, los cuerpos cetónicos provenientes de la combustión de las grasas. Es decir, su objetivo es privar al cuerpo del azúcar para que consiga la energía a través de la quema de grasas.
Según un artículo de salud y bienestar de la revista ELLE, existen diez efectos secundarios de la dieta cetogénica, los cuales son:
- La pérdida rápida de agua ocasiona mal aliento, sudor, orina con olor muy fuerte.
- La falta de glucosa en el cuerpo provoca desconcentración, mareo, letargo y dolor de cabeza.
- La falta de carbohidratos reduce la masa muscular y el rendimiento físico.
- Riesgos a la salud por falta de algunos micronutrientes.
- Pérdidas de memoria al no tener el cerebro partes de su combustible.
- Puede inducir a algunos problemas intestinales o estreñimiento.
- Riesgo de alto colesterol y problemas cardiovasculares.
- Aumenta la probabilidad de cálculos renales y osteoporosis.
- Puede provocar envejecimiento prematuro.
- No ofrece una alimentación sostenible a las necesidades.