Foto: ondacero.es
Un reciente
estudio reveló que una gran proporción de la población, entre el 20 y el 50 por
ciento de las personas en algunas zonas, podría albergar células-T, cuyas
funciones son parte importante del sistema inmunitario adaptativo, que
reconocen el nuevo coronavirus pese a no haber tenido contacto con él.
“Si tiene una población de células-T armadas y listas para protegerlo, podría controlar la infección mejor que alguien que no tiene esas células con la reactividad cruzada, eso es lo que todos esperamos, señalo Marion Pepper, una inmunóloga de la Universidad de Washington que está estudiando las respuestas inmunes de los pacientes ante el coronavirus.
“Las
células-T con reactividad cruzada pueden proteger casi como una vacuna”,
destaca Smita Iyer, inmunóloga en la Universidad de California, quien está
estudiando las respuestas inmunes al COVID-19 en primates.
Estudios anteriores han demostrado que estas células con reactividad cruzada pueden proteger a las personas contra diferentes cepas del virus de la gripe y tal vez, otorgar un rastro de inmunidad contra el dengue y la enfermedad del Zika.