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De acuerdo
a un nuevo estudio multidisciplinario e internacional entre los que se
encuentra el médico argentino Juan Manuel Figueroa, como parte del grupo de
Investigación Respiratoria de la Fundación Pablo Cassará, “la cavidad nasal y
la rinofaringe son los sitios de replicación inicial del SARS-CoV-2 y por
tanto, un spray nasal puede ser una forma de dosificación adecuada para
combatir el nuevo virus”.
“El objetivo principal del estudio fue probar la acción antiviral de tres formulaciones de aerosol nasal candidatas contra el SARS-CoV-2, y se observó que el compuesto iota-carragenano en concentraciones bajas inhibe la infección por SARS-CoV-2 en cultivos de células.
La carragenina
es un polisacárido derivado de las algas rojas (musgo irlandés o musgo
carrageen). El compuesto Iota-carragenano inhibe el SARS CoV-2 in vitro en
concentraciones fácilmente alcanzables mediante formulaciones nasales y de
nebulización.
“La idea es prevenir el desarrollo de la enfermedad en la gente que tiene alto riesgo de contagio. Por eso es que tenemos ensayos en personas que trabajan en los hospitales, para ver si de esa manera conseguimos evitar que la gente se enferme y evitamos quedarnos sin recursos para el manejo de los pacientes”.
“Se hace la
aplicación del spray de acuerdo a lo que está indicado por el prospecto durante
21 días y vemos por un lado cuánto de ese personal se terminó enfermando y el
otro objetivo es ver si se enferman los que se contagiaron igual sería difícil
que esto tenga una efectividad del 100% o que por lo menos tengan una
enfermedad más leve”.