Recientemente,
la Organización Mundial de la Salud admitió que en ciertas situaciones, el COVID-19
podría permanecer suspendido en el aire de un sitio cerrado y con poca
ventilación, propagando la enfermedad.
Podría ser posible que, en ciertas situaciones en las que se combinen una serie de condiciones, como por ejemplo que mucha gente pase alrededor de una hora en un espacio cerrado, que hable fuerte, grite o cante y que el lugar tenga mala ventilación, sería posible que las microscópicas gotitas de secreciones respiratorias puedan permanecer flotando o suspendidas en el aire de ese espacio cerrado y ser respiradas por personas susceptibles, contagiándose del nuevo coronavirus.
Hasta
ahora, la OMS solo reconocía que esa formación de microscópicos aerosoles podía
ocurrir cuando, en el ambiente hospitalario, se aspiraban con máquinas las
secreciones de los pacientes. La Organización Mundial de la Salud cita algunos
ejemplos en los que pueda haber ocurrido un contagio a través de los aerosoles.
Por ejemplo es conocido el caso en el que una persona infectada contagió a diez miembros de tres familias, sentadas en mesas diferentes en un restaurante en China. La OMS dice que a pesar de que esa posibilidad pueda existir, hacen falta más investigaciones para corroborarlo, y muy especialmente, conocer la llamada dosis infectiva del virus, es decir la cantidad de virus necesaria para contagiar.