Con la
colaboración de tres médicos, un intensivista y dos neumólogos, compararon las
radiografías y tomografías que les sacaron a dos pacientes infectados por el
virus.
Cuando una persona se infecta con el SARS-CoV-2 y hace un cuadro grave con insuficiencia respiratoria lo que está sucediendo en sus pulmones es que la infección ha llenado de líquidos los alveolos y los inflama. Estos son millones de diminutas bolsitas alojadas en los pulmones y sirven para transportar el oxígeno que respiramos a la sangre.
Al inflamarse los alveolos, el cuerpo no oxigena bien, empieza esa sensación de falta de aire, el paciente se agita, la saturación cae. En los casos más graves de pacientes con coronavirus, esa falla pulmonar nunca se compensa, ni con un respirador artificial: el pronóstico no es alentador.
El Comercio
hace en este informe una comparación del impacto que tiene la enfermedad en los
pulmones de un paciente vacunado y en los de un paciente que no recibió las
dosis. La diferencia es notoria. Para esto contamos la con colaboración de tres
médicos: el intensivista Jesús Valverde (Hospital Dos de Mayo) y los neumólogos
Gerson Velásquez (Clínica Anglo Americana) y José Luis Cabrera (Clínica
Internacional).
Jesús Valverde es médico intensivista del Hospital Dos de Mayo. Nos mostró la placa radiográfica de una mujer de 44 años, sin enfermedades previas. Pese a que estaba programada para vacunarse, esta persona residente en Lima decidió no hacerlo.
En su caso, la enfermedad ha dañado el 100% de sus pulmones y eso se puede observar porque la totalidad de estos presentan manchas blancas, una prueba de que están inflamados.
Otro caso
muy gráfico presentó el médico Gerson Velásquez, neumólogo de la Clínica Anglo
Americana. Se trata de una paciente de 39 años, sin comorbilidad y vacunada en
otro país cuatro semanas de hacer el cuadro. En su caso, la enfermedad le afectó
el 15% de los pulmones, requirió oxígeno y una semana después salió de alta sin
mayores complicaciones.