Siete días después de anunciarse que la vacuna de la
farmacéutica Pfizer es efectiva al 90 por ciento, Moderna dio a conocer en un
comunicado que su vacuna supera en efectividad a la anterior, esta última es de
un 94,5%.
Existe una característica común que une a las dos vacunas que están esperanzando al mundo sobre un posible final de la crisis del coronavirus: ambas utilizan una tecnología innovadora llamada ARN mensajero, que además supone que la fabricación sea más rápida.
Las vacunas de ARN inoculan material genético para convertir
nuestras células en fábricas de antígenos del nuevo coronavirus. La ventaja de
utilizar este método es que el proceso de fabricación se acelera.
El medicamento de Pzifer requiere una temperatura de menos de 70 grados centígrados. La de Moderna, por otra parte solo requiere 20 grados bajo cero, factible para un congelador convencional.