Las vacunas
protegen ante los casos graves de la enfermedad, pero no se sabe todavía si los
vacunados pueden seguir contagiando ni si pueden contagiarse ellos mismos.
Ante ese riesgo y por baja que pueda ser la carga vírica de un vacunado que haya tenido contacto con un infectado, puede existir la posibilidad de contagiarse él mismo y contagiar a otros aunque esté protegido frente a la enfermedad.
Foto: elhospital.com
Por ello,
las personas vacunadas deben seguir manteniendo las normas de precaución
conocidas, las cuales son:
- Seguir
usando la mascarilla adecuadamente, bien ajustada y cambiándola transcurrido el
tiempo de uso (cuatro horas las quirúrgicas o higiénicas y ocho horas las FFP2)
- Deben
seguir lavándose las manos con agua caliente y jabón frecuentemente y, si no pueden,
usar gel hidroalcohólico.
- Manatener
cierta distancia con cualquier otra persona que no sea conviviente.
- Y
si van a quedar con alguien o participar en alguna reunión, deben procurar que
sea al aire libre.
Foto: freepik.es
Así pues,
hasta que no se esté seguro de si los vacunados adquieren inmunidad de tipo
“esterilizante” es decir, que no son
contagiosos ni transmisores del virus, se deben seguir manteniendo las mismas
actitudes respecto de los demás que se tenían antes de la vacunación.