China
comenzó a distribuir sus vacunas en todos los rincones del planeta. En contraste
con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que firmó un decreto para
dar prioridad a la entrega de vacunas a Estados Unidos, el presidente chino se
erige como proveedor de antídotos en los países pobres.
La diplomacia china firmó acuerdos para la entrega de vacunas en Filipinas y en Malasia, dos países con los que está en conflicto por cuestiones de soberanía en el mar de la China Meridional.
Por el
contrario, el gran rival estadounidense apenas se ha comprometido a repartir
sus vacunas al resto del globo, pese a los avances de sus laboratorios como
Pfizer, Johnson & Johnson o Moderna.
El Covax cubrirá la necesidad de solo el 20 % de la población de los países en desarrollo de aquí a finales de 2021, mientras que los países podrían hacerse con el 50% de la producción mundial, según un estudio del Global Health Innovation Centre de la Universidad de Duke, en Estados Unidos.