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Desde que comenzó el brote de coronavirus, los
científicos han tratado de entender la razón por la que los niños son mucho
menos propensos que los adultos a experimentar complicaciones graves por
COVID-19.
Una nueva investigación científica señala que la
respuesta podría estar en los vasos sanguíneos sanos de los niños.
La revista Nature publicó
a mediados de junio un completo informe que resume los estudios al
respecto.
Como explica para Nature Frank Ruschitzka,
cardiólogo del Hospital Universitario de Zúrich en Suiza, muchos adultos
COVID-19 críticos experimentan coagulación en los vasos sanguíneos, lo que
conduce a ataques cardíacos o accidentes cerebrovasculares. La coagulación
parece estar relacionada con un mal funcionamiento del endotelio, el tejido
liso que recubre los vasos sanguíneos y que normalmente evita la
coagulación.
Según Paul Monagle, hematólogo pediátrico en el
Campus de Niños de Melbourne, el endotelio está típicamente en mejores
condiciones en niños que en adultos. El endotelio de un niño está perfectamente
configurado, ‘recién estrenado’, y luego se deteriora con la edad. Monagle cree
que los vasos sanguíneos de los niños pueden resistir un ataque viral con mayor
eficiencia en los adultos. Una observación que apoya esta hipótesis es la de
que pocos niños con COVID-19 presentan coagulación excesiva y vasos sanguíneos
dañados.
Ahora, Monagle está tratando de entender qué sucede
cuando el virus ingresa en las células endoteliales. Probablemente el virus
interrumpe la comunicación entre las células, las plaquetas y los componentes
plasmáticos involucrados en la coagulación, y esta ruptura de la comunicación
conduciría a la formación excesiva de coágulos. El hematólogo espera que el
estudio de muestras de niños ofrezca pistas sobre lo que está pasando en
algunos adultos, y también posibles opciones terapéuticas: “Si entendemos
lo que les sucede a los niños, una posible vía de tratamiento podría ser
rejuvenecer el endotelio de los adultos”.
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