La pandemia
por el COVID-19 provocó que tanto adultos como niños adopten nuevos hábitos en
sus rutinas diarias. El teletrabajo en los adultos, las clases remotas de niños
y jóvenes y la gran cantidad de propuestas de entretenimiento online para todas
las edades, generó que prácticamente todas las personas pasen muchas más horas
dentro de sus hogares y delante de las pantallas digitales.
Lo negativo fue que esa misma tecnología que ayuda a mantener la vida laboral y los estudios al día, también puede causar o puede aumentar los problemas visuales. Un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que, en 2050, una de cada dos personas en el mundo será miope.
“La miopía
es un defecto de refracción en el que las imágenes se enfocan por delante de la
retina y no sobre ella, lo que dificulta la visión de lejos. Una persona que
padece miopía ve claramente los objetos cercanos, pero percibe de forma borrosa
los que se encuentran a distancia. También, puede producir dolores de cabeza,
estrabismo, incomodidad visual”, explicó el doctor Germán Bianchi, médico
oftalmólogo, jefe de trasplante de córnea en la clínica Dr. Nano.
Es muy posible que el grado de miopía, tras la pandemia que estamos viviendo, aumente significativamente en poblaciones infantiles y juveniles debido al encierro y al uso excesivo de la visión de cerca causada por el uso de la electrónica”, reafirmó el médico oftalmólogo Pablo Daponte, quien además es Presidente del Consejo Argentino de Oftalmología (CAO).
La miopía
puede afectar tanto a niños como a adultos, se diagnostica con frecuencia en
chicos de entre 8 y 12 años, y generalmente, empeora durante la adolescencia. Luego,
entre los 20 y los 40 años, es menos usual que progrese.