La pandemia
por el COVID-19 ha representado un gran reto para los sistemas de salud en
diferentes partes del mundo, pero sin embargo a pesar de que la atención de
este virus es la prioridad de los servicios sanitarios, existen otros
padecimientos que requieren ser asistidos médicamente.
Con la llegada de las lluvias y la consecuente infección del dengue en la población, el diagnóstico de coronavirus podría complicarse ya que ambas enfermedades tienen síntomas muy parecidos, las personas que contraigan cualquiera de los dos padecimientos podrían presentar fiebre, dolor de cabeza, malestar general, dolor de huesos, erupciones cutáneas y cansancio.
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Por otra parte, la tos seca, dolor de garganta, dificultad para respirar o sensación de falta de aire, pérdida del sentido del olfato o del gusto, incapacidad para hablar o moverse, conjuntivitis y diarrea son síntomas que presentan las personas infectadas por el coronavirus.
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Mientras
que el dengue provoca dolor de ojos, falta de apetito, vómito, insomnio, dolor
abdominal, comezón y en casos graves hemorragia, deshidratación severa y
convulsiones a causa de la fiebre.
Dichas enfermedades se transmiten de maneras diferentes, por lo que su contención se debe abordar en dos direcciones, en el caso de coronavirus se han establecido medidas de higiene y distanciamiento social, mientras que el dengue se previene controlando a los mosquitos que lo transmiten.
Para evitar que las personas se enfermen a través de la picadura del mosquito se debe evitar dejar recipientes en donde se acumule agua, eliminar la basura de los patios, lavar constantemente tinacos y cisternas para eliminar larvas de mosco, así como utilizar insecticidas especiales para eliminar el mosquitos en su fase adulta.