Por mucho tiempo se ha pensado que hay dos grandes factores que diferencian al ser humano de los demás animales. Uno es la consciencia que tiene de sí mismo el ser humano: mientras un abuelo sabe que es abuelo, una serpiente no tiene consciencia de que es un reptil.
El otro factor es que es un ser sociable que necesita estar en comunidad. Una reciente investigación señala que no somos los únicos con esa característica. Según un estudio de la Universidad de Cambridge, en el Reino Unido y publicado en la revista Proceedings of the Royal Society B, los gorilas generan vínculos para toda la vida y le gustan las reuniones sociales.
“Para los gorilas, lo más importante es que hemos mostrado que tienen preferencias sociales a largo plazo, similares a las amistades de los humanos, no solo dentro de familias, sino también entre ellas, y que estas preferencias tienen las misma estructura que vemos en los humanos”, dijo Robin Morrison, principal autora de la investigadora.
Los investigadores llegaron a esa conclusión luego de estudiar por seis años a un grupo de gorilas occidentales en la República del Congo. Robinson señala que este hallazgo sugiere que la estructura social del ser humano tiene sus orígenes mucho antes de lo que se creía.
“Para los humanos, lo más importante es que esto sugiere que nuestra propia estructura social tiene unas raíces evolutivas mucho más tempranas de lo que se pensaba hasta ahora, y que es algo que compartimos con nuestros parientes evolutivos más cercanos”, señala.
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