Tomado de: naturalfits.cl
El vinagre siempre ha guardado sus secretillos más allá de condimentar ensaladas. Dicen que Cleopatra lo usaba como limpiador facial y que Hipócrates lo recetaba para tratar infecciones. Estos dos ‘embajadores’ de primera línea avalaron que el vinagre fuese utilizado a lo largo de la historia para mejorar el tono de la piel o del cabello. Hoy se sigue utilizando con éxito, vive una segunda –o tercera– juventud y tiene motivos para estar en lo más alto. Te los contamos.
El secreto de su eficacia
El vinagre contiene ácido málico, un activo que ejerce un efecto exfoliante en la piel con todos los beneficios que esto conlleva: elimina las células muertas, limpia los poros obstruidos y mejora el acné. Además, aclara las manchas de pigmentación y uniformiza el tono. Es una buena idea utilizarlo en el cabello porque cierra la cutícula, y una cutícula cerrada es sinónimo de una de las cosas que más nos gustan: un pelo brillante. Visto así, parece que una botella de vinagre de manzana es el mejor cosmético all- in-one del mercado.
Su lado oscuro
Pero no es tan sencillo. De la misma manera que un exceso de vinagre arruina una ensalada, también puede dañar la piel, por muy natural que sea. Es un producto muy ácido que reduce muchísimo el Ph de la piel, de manera que abusar de él podría provocar irritaciones e incluso quemaduras.
Modo de empleo
Los expertos aconsejan diluirlo con agua siguiendo más o menos estas medidas: una parte de agua y una de vinagre para las pieles grasas; dos partes de agua con una de vinagre para las normales y tres partes de agua con una de vinagre en caso de pieles secas. ¿Y las pieles sensibles? Se llevan muy mal con el vinagre. Su manto hidrolipídico es tan frágil que el vinagre puede provocar o empeorar los síntomas de este tipo de pieles –enrojecimiento, descamación e incluso rosácea–, por lo que está absolutamente desaconsejado.
En cuanto a la frecuencia de uso, se aconseja la moderación: una o dos veces por semana a modo de exfoliante. Y no vendría mal que quien se decida a hacerle un hueco en su rutina de belleza haga primero un test de compatibilidad: empapa un algodón con vinagre y aplícalo sobre una zona pequeña del rostro.
Tomado de: vanitatis.elconfidencial