El escándalo empezó por un video grabado en plena misa de la parroquia Nuestra Señora de la Consolación, ubicada en el municipio de Jaén, España, donde el sacerdote se encontraba en un supuesto estado de ebriedad.
La polémica se debe a que mientras celebraba la comunión, el cura bebió del cádiz y antes de terminar la frase soltó un eructo. Según los cibernautas y los feligreses que se encontraban en la iglesia, esto fue producto del estado de alicoramiento del párroco.
El video fue publicado en Tiktok y rápidamente se hizo viral. Tras el incidente el sacerdote, cuyo nombre real es Juan Rubio Fernández, renunció a su cargo y por medio de un comunicado de la arquidiócesis a la que pertenecía, pidió disculpas.
En el documento, Rubio aceptó que se encontraba bajo los efectos del alcohol y aseguró que se trata de un problema con de alcoholismo. El sacerdote dijo también que buscará entrar a un tratamiento para tratar esta adicción.
“Muestro mi decisión firme de ponerme en manos de profesionales que puedan ayudarme a superar la situación personal en la que me encuentro, confiando en que pueda restablecerse lo antes posible” expresó. Según lo dicho, Rubio lleva años batallando con este problema.