El tema del consumo de harinas ha generado opiniones divididas a lo largo de los años. Los médicos aseguran que las blancas son menos saludables y deberían ser sustituidas por las de tipo integral. Teniendo en cuenta que muchos están tratando de dejarlas o, por lo menos, reducirlas, a continuación queremos compartir algunas alternativas que pueden ser bastante útiles.
Bebidas saciantes:
Al consumir tés, infusiones herbales o batidos caseros (sin azúcar ni edulcorantes) en lugar de bebidas industriales de cualquier tipo (incluyendo las light) podrás mantener bajo control la ansiedad para no tener que recurrir a platos cargados de harinas. Entre los recomendados destacan:
- Té de boldo.
- Batidos verdes.
- Leche de avena.
- Jugo de naranja.
- Leche de alpiste.
- Té de manzanilla.
- Leche de almendras.
- Infusión de valeriana.
- Agua de semillas de lino.
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Snacks saludables:
Como es difícil dejarlos de la noche a la mañana, lo mejor es idear un plan que ayude a suprimirlos poco a poco. Para ello, en lugar de comprar paquetes de galletas o pan, por ejemplo, prepara snacks sanos y bajos en calorías, como los bastoncillos de vegetales o fruta cortada.
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Evita comer regularmente fuera de casa:
En los locales de comida rápida y restaurantes no suelen medir las cantidades de harinas y otros añadidos poco saludables que ocasionan aumento de peso. Lo peor es que los platos lucen tan atractivos que suele ser muy difícil rechazarlos. Para no tener esas tentaciones, lo más conveniente es cocinar en casa.
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No te saltes las comidas:
Uno de los errores que más cometen las personas que quieren bajar de peso es saltarse alguna de las comidas principales, pensando que así evitarán algunas calorías. Lo que no saben es que esto produce el efecto contrario porque ocasiona bajones de azúcar que, más tarde, se traducen en un deseo incontrolable por comer. Lo ideal es mantener una alimentación equilibrada, con alta presencia de fruta y verduras, legumbres, frutos secos y alimentos integrales, y dividirlas en 5 o 6 comidas al día.
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