Yván Pozuelo, docente de francés en Gijón (España), fue suspendido por poner 10 a todos sus alumnos en la clase de francés.
Se trata de un profesor del instituto público Universidad Laboral de Gijón, a quien sancionaron a ocho meses de suspensión de empleo y de su sueldo acusado por “atentar contra el derecho del alumnado a la evaluación objetiva”; pero sigue ejerciendo hasta que haya una resolución definitiva por parte de la Consejería de Educación.
Él docente que lleva una década calificando de la misma manera y que nunca nadie le había reprimido al respecto, y evoca a la Ley Orgánica de Educación del país, bajo la cual considera que se ampara su método de enseñanza.
Yván utilizaba técnicas diferentes. Él acostumbraba a colocarles la nota máxima a todos sus estudiantes, esto para no presionar el proceso educativo y darles confianza.
“Hace años, una alumna que no solía sacar grandes notas respondió perfectamente y le puse un 10. Se emocionó. Su compañera de pupitre, que era de dieces tradicionales, se emocionó aún más hasta abrazar a su amiga. Luego todos querían que les verificase si lo habían hecho igualmente muy bien y les pusiera el 10. Me pedían que les dejase volverlo a intentar, y así hasta que lo hacían bien y les anotaba su 10. Y así les vi esforzándose más”, narra el profesor.
El profesor llama a su técnica “La rebelión del 10” y la explica en su libro “¿Negreros o docentes?”. Él asegura que ve cómo sus alumnos progresan.
Aunque Yván asegura que es una buena técnica y es aplaudido, fue sancionado por la Consejería de Educación del Principado de Asturia; él apeló, pero aun así recibió el castigo y actualmente no recibe sueldo.