Un reportero se encontraba en la orilla del mar de Noruega durante una tormenta cuando repentinamente un pez golpeo su rostro.
Durante la tormenta y en plena trasmisión del reportaje a orillas del mar, el pez salió volando e impactó en la cara del periodista, provocando que el sujeto caiga en el mar.
Debido al mal estado del clima y al caer, el reportero tuvo algunos problemas para poder volver a levantarse, ya que se volvía a caer cada vez que lo intentaba nuevamente.
Finalmente, el reportero logró levantarse sin ninguna herida, luego de ser casi arrastrado por el mar.
Tras levantarse inmediatamente, el momento se convirtió en un recuerdo gracioso, puesto que tanto el reportero como el camarógrafo comienzan a reírse de la situación que ambos acababan de vivir.