Aunque en
la mayoría de los casos de gripe mejoran sin un tratamiento específico, siempre
es importante consultar un médico general para identificar el problema e iniciar
el tratamiento más indiciado.
Té de jengibre:
El jengibre
combate la gripe por tener propiedades analgésicas, antipiréticas y
antibacterianas, que potenciados con la miel y el limón ayudan a disminuir los
síntomas de la gripe mucho más rápido.
Ingredientes:
- 1
cda de jengibre fresco;
- 1
cda de miel;
- 1
taza de agua hirviendo;
- Limón
al gusto.
Modo de preparación:
Debes picar una cucharada de jengibre fresco y agregarlo a la taza de agua hirviendo, dejarlo en reposo durante 10 minutos, cola y añade 1 cucharada de miel y un poco de limón.
Té de ajo:
Tomar el té de ajo también es un excelente tratamiento natural contra la gripe, debido a que el ajo posee propiedades antimicrobianas, analgésicas, expectorantes y antigripales, además de ser un antiséptico pulmonar. Estas propiedades se debe a que posee un compuesto llamado alicina y aliina.
Ingredientes:
- 3
dientes de ajo;
- 1
cucharada de miel;
- 1/2
limón;
- 1
taza de agua.
Modo de preparación:
Tritura los dientes de ajo y agrega en una olla en conjunto con el agua y deja hervir durante 5 minutos. Después agrega 1/2 limón exprimido y la miel, beba a continuación. Debe tomarse una vez al día, durante 2 o inclusive 3 semanas.
Té de miel y limón:
Un
excelente remedio natural para la gripe es el té de limón con miel, ya que ayuda
a descongestionar la nariz, mantiene lubricada la garganta y mejoran la
respiración.
Ingredientes:
- Jugo
de 1 limón:
- 2
cucharadas de miel;
- 1
taza de agua hirviendo.
Modo de preparación:
Se debe añadir la miel a la taza de agua hirviendo, revolver bien hasta que se convierta en una mezcla homogénea y luego añade el jugo puro de 1 limón. El té se debe tomar justo después de su preparación, siendo importante añadir el jugo de limón a lo último para asegurarse de que la vitamina C presente en la fruta no se pierda.
Para tratar
la gripe se recomienda tomar este té de 2 a 3 veces al día, por ejemplo en la
merienda de la mañana, de la tarde y antes de dormir.