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El científico nipón Tasuku Honjo, premio Nobel de
Medicina 2018, ha señalado que la vacuna universal contra la tuberculosis (TBC)
que se administra en Japón podría ser uno de los motivos de la baja mortalidad
registrada en pacientes de COVID-19 en este país.
La posible relación entre la vacunación conocida
como BCG (siglas del bacilo de Calmette-Guérin) y una menor mortalidad de la
COVID-19 fue inicialmente apuntada por un grupo de científicos australianos, y
en estos momentos investigadores de todo el mundo “tratan de verificar
esta conexión”, explicó Honjo en una rueda de prensa.
Según ha dicho el científico especialista en el
sistema inmunológico, el hecho de que en Japón la mayoría de la población esté
vacunada contra la tuberculosis “podría ser uno de los factores
diferenciales” que explican el bajo porcentaje de muertes entre los
contagiados del coronavirus en el país.
La vacuna BCG “supone un fuerte impulso al
nivel de inmunidad general” del organismo inoculado, y esto “podría
ser de mucha ayuda a la hora de frenar el coronavirus” y la sobrerreación
causada por este patógeno en el sistema inmunológico.
“Pero esto es por ahora solo una teoría,
habría que comprobarlo. Sé que muchos grupos científicos están trabajando en
ello y esperemos que haya conclusiones pronto”, dijo Honjo.
Otro grupo de científicos observó que las mayores tasas de mortalidad por coronavirus se da en países que nunca han administrado la vacuna BCG a toda su población, como Estados Unidos o Italia, seguidos de otros países que han vacunado universalmente en el pasado, como Alemania, Australia o Corea del Sur.
Las menores tasas de mortalidad se daban en cambio en países como Japón o Rusia, donde todavía se administra esa vacuna a toda la población.
Honjo también apuntó que la diferencia genética
entre europeos y asiáticos es un motivo para el comportamiento diferente del
virus.
Se trata de los antígenos leucocitarios humanos
(HLA), un conjunto de moléculas de carácter hereditario que desempeñan un papel
clave en el sistema inmunológico y que presentan “enormes diferencias
entre personas caucásicas y asiáticas”, afirmó.
Información: eluniverso.com