Este 20 de julio se cumplen 50 años del día en que el hombre llegó a la Luna. Medio siglo en que la visión de la humanidad cambió por completo y en el que Neil Armstrong pasó a la historia como el primer ser humano en pisar suelo lunar.
Aunque la misión del Apolo 11 fue todo un éxito, lo cierto es debido a lo riesgoso e inédito del viaje, muchos no tenían mucha fe de que se podía lograr.
Es por ello que el gobierno de los Estados Unidos estaba preparado por si la misión fracasaba. Aunque finalmente fue todo un éxito, las autoridades tenían un protocolo que debían activar si es que ocurría una tragedia.
Richard Nixon, presidente de Estados Unidos por ese entonces, tenía una carta que debía leer si es que Neil Armstrong, Michael Collins y Buzz Aldrin quedaban varados en la Luna, según señala ABC.
“El destino dictó que los hombres que fueron a explorar la Luna en paz, descansarán en la Luna en paz”, comienza el discurso que afortunadamente Nixon nunca leyó y que se titula “En caso de desastre lunar”.
“Otros seguirán, y seguramente encuentren el camino a casa. Pero estos hombres fueron los primeros, y seguirán siendo los primeros en nuestros corazones”, dice otra parte del documento.
Afortunadamente la misión fue todo un éxito y los tres astronautas volvieron sanos y salvos a la Tierra. La carta nunca se leyó y hoy permanece en el museo del presidente Nixon.
A continuación la carta completa:
El destino ha ordenado que los hombres que fueron a la luna a explorar en paz se queden en la luna para descansar en paz.
Estos valientes hombres, Neil Armstrong y Edwin Aldrin, saben que no hay esperanza para su recuperación. Pero también saben que hay esperanza para la humanidad en su sacrificio. Estos dos hombres están tumbados en el más noble objetivo de la humanidad: la búsqueda de la verdad y la comprensión.
Serán llorados por sus familias y amigos; serán llorados por la gente del mundo; serán llorados por una Madre Tierra que se atrevió a enviar a dos de sus hijos a lo desconocido.
En su exploración, incitaron a la gente del mundo a sentirse como uno; en su sacrificio, atan más fuertemente a la hermandad de los hombres. En la antigüedad, los hombres miraban las estrellas y veían a sus héroes en las constelaciones. En los tiempos modernos, hacemos lo mismo, pero nuestros héroes son hombres épicos de carne y hueso.
Otros seguirán y seguramente encontrarán su camino a casa. La búsqueda de un hombre no será negada. Pero estos hombres fueron los primeros, y seguirán siendo los primeros en nuestros corazones.
Porque todo ser humano que mire a la luna en las noches venideras sabrá que hay algún rincón de otro mundo que es para siempre la humanidad.
Fotos: Wikipedia