Foto: La Opinión
Joy Huerta compartió públicamente que su familia la enseño a enfrentar el gran reto que le presentó la vida, al nacer en una familia con doble cultura: la estadounidense y la mexicana. Además comentó que está pasando por una etapa de su vida muy feliz y que se siente muy bien de compartir el mayor tiempo posible con su pareja Diana Ari y su hija Noah.
También comentó
que se siente muy orgullosa de haber dejado atrás los tabú y defiende con
valentía a su nueva familia, logró esto gracias a todas las enseñanzas que
recibió desde pequeña en su familia.
Joy explicó que aunque le enseñaron mucho ella fue una hija complicada: “Ya soy una mujer casada, me gusta compartir la vida desde mi perspectiva, desde chica fui muy curiosa, hacía muchas preguntas, fui un dolor de cabeza para mis papás. Algo que mi mamá me decía es que conocimiento es poder y no entendía, me imaginaba otras cosas, pero de mayor ya lo entendí”.
Ahora Huerta
disfruta de su libertad y aseguró que todo el mundo debe disfrutar de eso, pues
a comprendido lo que su mamá trataba de decirle, que mientras más estudias,
descubres situaciones, culturas y formas de vida distintas, menos expuesto
estás a rechazar algo que es diferente a tu entorno natural.
“Soy mexicana-norteamericana, mi mamá es de Estados Unidos y muchas de las peleas que vi entre mis papás no las entendía, porque eran dos perspectivas; a mi parecer los dos tenían razón, pero también estaban equivocados, porque sus discusiones se traducían en diferencias étnicas”, reveló Joy ante las experiencias que tuvo en su familia con la doble nacionalidad.
“No hay ser humano más peligroso que el ignorante, porque es un arma para usarlo para bien o mal”, explicó Joy, teniendo como referencia una charla con respecto al resurgimiento de las creencias de la supremacía blanca, la xenofobia y el racismo, con la llegada de Donald Trump.
Huerta formó parte de los paneles Las mujeres por la paz y El arte y el deporte como constructores de paz, en la 17th World Summit Nobel Peace Lauretes.
Durante su
participación incluso lloró al asegurar que educará a su hija para que no
piense que por ser mujer tendrá limitantes en la vida y pidió a no escudarse en
la cultura para seguir con el machismo.
“Hay que dejar de escondernos detrás de lo que nos enseña la
cultura, que no nos hace; hay que educarnos, mucho más allá del área académica,
hay que romper los estigmas culturales de los que nos atamos por beneficio (…)
Todo se resume al respeto, hacernos responsables para el cambio y tomar la
decisión de ser mejores personas cotidianamente”, finalizó.