Cuando se habla la necesidad de tener unos hábitos de vida saludable, siempre se hace mención a la alimentación y al ejercicio físico. Pero por muy bien que comamos y por mucha actividad física que hagamos, la vida y el día a día se nos hará más duro si no hemos dormido lo suficiente.
Dormir poco tiene grandes riesgos sobre la salud, altera las funciones del organismo y reduce la esperanza de vida, la consolidación de memoria o el estado físico de las personas.
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Cerebro inactivo:
Un cerebro cansado es un cerebro disminuido. Aquellos individuos que duermen menos tienen más torpeza mental, por lo que cometerán más errores que las personas que descansan adecuadamente. “La falta de sueño afecta al cerebro generando un bajo rendimiento. Esa persona no estará fresca durante el día, no pensará con agilidad, le faltará concentración y no prestará atención. Todo esto puede provocar unas consecuencias graves, sobre todo, si trabaja como conductor, piloto, cocinero etc.”, afirma un experto.
Así afecta a la salud:
Los trastornos del sueño son un factor de riesgo importante que provocan todo tipo de dolencias, que van desde la obesidad hasta enfermedades cardiovasculares. “Si realmente uno duerme mal, puede sufrir un riesgo cardiovascular e incrementar el riesgo de padecer un infarto cerebral. También aumenta las posibilidades de sufrir hipertensión”, apunta el responsable de la Unidad del Sueño de Quirónsalud de Madrid.
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Asimismo, cuando dormimos poco las defensas bajan y nos volvemos más débiles, por lo que somos más propensos a contraer algún virus o bacteria porque nuestro sistema inmunológico no tiene fuerzas para hacerles frente.