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Los sistemas de aprendizaje van cambiando con el tiempo. En la actualidad, las herramientas más efectivas para que los niños incorporen nuevas ideas y conceptos en su día a día están vinculadas a la diversión, a los juegos.
De esta manera, mientras los pequeños disfrutan también absorben, aunque sin darse cuenta, nuevos sistemas de valores y habilidades cognitivas y desarrollan su propia capacidad de estrategia. Su mente está relajada y, por tanto, más receptiva, lo que permite un aprendizaje más eficaz.
Según myABCKit, una app basada en la idea de aprender mediante la diversión, “lo que se aprende con el juego se retiene más fácilmente en la memoria, creando nuevas asociaciones, experiencias e interacciones”.
Incluir el juego dentro del sistema de enseñanza en edades tempranas, aporta los siguientes beneficios:
*Desarrollo cognitivo. El juego estimula la imaginación y creatividad y permite a los niños relacionar sus propias acciones con los resultados obtenidos. Aprenden que las cosas suceden a partir de sus propias decisiones y que estas determinan un desenlace u otro. La consecución de prueba y error es una forma magnífica de mejorar su conocimiento. Además, los niños que juegan más a menudo tienen una salud mental más positiva, amistades más sólidas y círculos afectivos más arraigados.
*Desarrollo de habilidades sociales. Al jugar con otras personas, ya sean niños o adultos, se comprende la importancia de relacionarte con los compañeros. Las distintas experiencias les enseñan a cómo comportarse en determinadas situaciones y la importancia de incrementar su círculo de amistades. Los niños que más juegan suelen ser los que más amigos tienen.
*Mejor comprensión y capacidad de concentración. Para jugar, el niño necesita comprender las reglas y mecánicas asociadas al juego. Su interés en participar hace que esté pendiente de todos los aspectos involucrados, aumentando su capacidad de concentración.
*Aprendizaje del idioma de forma rápida y con un vocabulario más amplio. Para interactuar con sus compañeros de juegos, los niños se ven obligados a expresarse correctamente, escuchar y prestar atención, lo que les permite aprender nuevas palabras para comunicarse de forma precisa. Si todo esto lo hacen divirtiéndose, lo harán más fácilmente que si lo ven como una obligación.
*Fomentar la capacidad de expresarse en público. Las distintas situaciones que se dan en el juego, implican que el niño, en ocasiones, tenga que indicar su punto de vista sobre como resolver cada reto, acostumbrándose a expresar, contrastar y defender sus opiniones de forma clara ante sus compañeros, ya sean niños o adultos. En general, podemos afirmar que los niños que dedican más tiempo al juego logran relaciones sociales y afectivas más sólidas, potencian su autoestima y, como resultado de ello, adquieren más posibilidades de éxito en el futuro. Y todo ello divirtiéndose. Según myABCKit “lo que aprendemos jugando, lo aprendemos para siempre”.
Fuente: msn.com