La lecha de
almendras se prepara mezclando las almendras con agua y luego colando la mezcla
para eliminar los sólidos. También puedes prepararla agregando agua a la
mantequilla de almendras. Tiene un agradable sabor a nuez y una textura cremosa
similar a la de la leche normal. Por esta razón, es una opción popular para las
personas que siguen una dieta vegana y aquellos que son alérgicos o
intolerantes a los lácteos.
Reduce el riesgo de enfermedades cardiacas:
Los estudios de observación muestran que consumir nueces de forma regular está relacionado con un riesgo reducido de desarrollo de enfermedad cardíaca. En parte, esto se debe a que tienen un alto contenido de grasas saludables.
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Si bien
cerca del 50% de las calorías de la leche de almendras provienen de la grasa,
generalmente es un producto bajo en grasa y probablemente no tenga un impacto
significativo en tu perfil de lípidos en la sangre.
Fortalece tus huesos:
La leche de almendras enriquecida es una excelente fuente de calcio para las personas que no consumen productos lácteos, como los veganos y aquellas intolerantes a la lactosa o alérgicos a la leche.
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El calcio es esencial para desarrollar y mantener los huesos sanos. Por esta razón, una ingesta adecuada de calcio reduce el riesgo de osteoporosis, una enfermedad asociada con huesos débiles y fracturas.
Rica en vitamina D:
Al igual que la leche normal, la leche de almendras suele contener vitamina D agregada. La cantidad de vitamina D varía con cada producto. Por ejemplo, 1 taza de leche de almendras puede contener 2.62 microgramos, que es el 13% de tu VD. Una taza de leche de vaca enriquecida con vitaminas contiene cantidades similares.
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Esto hace
que la leche de almendras enriquecida sea una fuente útil de vitamina D que
puede prevenir la deficiencia si se consume con regularidad.