Las deficiencias de vitaminas y minerales pueden disminuir los niveles de energía y provocar fatiga. Una alimentación adecuada, rica en frutas, verduras, proteínas, grasas saludables y carbohidratos de calidad, asegura un flujo constante de energía y previene los altibajos que pueden afectar nuestro estado de ánimo y productividad.
Sa Asociación Estadounidense del Corazón, afirma que comer bien “tiene efectos a largo plazo sobre la salud mental”. Se ha evidenciado que las opciones saludables, como la dieta mediterránea, con mucha fruta, verdura, cereales integrales y proteínas magras, pueden ayudar a contrarrestar la depresión, porque estabilizan el estado de ánimo.
Los carbohidratos complejos son como el combustible de larga duración para nuestro cuerpo. Estos se encuentran en alimentos como avena, arroz integral y pan integral. A diferencia de los carbohidratos simples, como el azúcar, los carbohidratos complejos liberan glucosa gradualmente en el torrente sanguíneo, proporcionando una fuente de energía constante durante horas. Esta energía sostenida es fundamental para mantenernos en alerta y evitar la fatiga.
Asimismo, las proteínas son importantes para el fortalecimiento muscular y la restauración de tejidos corporales. Esto es esencial para mantener fuertes y enérgicos a las personas. Pescado, pollo, pavo, tofu y legumbres son excelentes fuentes de proteína. Al mantener los músculos en buen estado, las proteínas pueden reducir la fatiga y permitir enfrentar las tareas cotidianas con vitalidad.
Los líquidos en el cuerpo, en especial el agua, también son esenciales para recargar energía cada día, y no tener recaídas que impliquen riesgos para la salud. Estas son algunas recomendaciones para poder mantener suficientes líquidos y brindar energía suficiente en el cuerpo: