“Todavía no sabemos realmente qué es”ha dicho Janet Diaz, directora de atención clínica del organismo y responsable del equipo a cargo de la respuesta al COVID-19, refiriéndose a la situación de los pacientes que continúan mostrando síntomas meses después de su infección.
“Llegó la hora de comenzar a resolver el misterio del “COVID largo”, afirmó la experta.
El “COVID largo” merece también la atención urgente de la comunidad científica, ha dicho Diaz en una entrevista en Ginebra.
Sigue sin saberse por qué algunos enfermos de COVID-19 muestran luego durante meses síntomas como un cansancio extremo, dificultades respiratorias o problemas neurológicos y cardíacos a veces graves.
“No sabemos aún verdaderamente qué es el COVID largo”, dice Díaz, que pide un esfuerzo unificado a escala mundial
“Todavía hay mucho para aprender pero confío en la movilización de la comunidad científica”, aseguró.
La OMS organizó para el 9 de febrero el primer seminario virtual consagrado al COVID largo que reúne a médicos clínicos, investigadores y expertos para encontrar una definición del mismo, darle una nombre formal y armonizar los métodos para estudiarlo.
“Es una patología que necesita ser descrita mejor, de la cual necesitamos saber cuántas personas están afectadas, de la que hay que entender mejor la causa para que podamos mejorar la prevención, la gestión y las formas de curarlas”, ha dicho la experta.
Estudios han demostrado que, cerca del 10% de los enfermos presenta síntomas un mes después de haberse contagiado y por el momento no se tiene idea de por cuánto tiempo pueden persistir.
Un factor desconcertante con el COVID largo es que el perfil de los pacientes que lo sufren no coincide con el de las personas más vulnerables. El COVID largo afecta a personas que enfermaron en distintos grados “e incluye además a jóvenes”, explica Diaz.