Foto: fmdiabetes.org
Las
probabilidades de tener una mala noche son altas si el estrés y la ansiedad se
presentan. Conciliar el sueño se convierte en una misión imposible en estos
casos y con ello llegan otros problemas para la salud, uno de los grandes
beneficios del ejercicio físico es la relajación, un factor esencial para que
una persona pueda dormir mejor.
Ejercicios de fuerza:
El objetivo es desarrollar los grupos musculares relativos a cada segmento del cuerpo piernas, torso y brazos, con el fin de mejorar el tono muscular, la posición de los órganos internos y la postura, a pesar de no influir directamente con el sueño, esto sí incide en el funcionamiento cardíaco, encargado de irrigar al organismo con sangre oxigenada.
Ejercicio aeróbico:
Las
alternativas para realizar ejercicio aeróbico son casi infinitas. Estas varían
desde la actividad física programada caminar, trotar, correr, bailar hasta los
deportes hacer natación, fútbol, atletismo. Por lo tanto, solo es necesario
escoger la que se adapte al gusto de cada persona.
La Organización Mundial de la Salud recomienda realizar por lo menos 150 minutos de actividad física moderada o 75 minutos de mayor intensidad por semana.
Estiramientos:
Mientras se
favorece esta práctica, las horas de descanso nocturno también se ven
beneficiadas. Las rutinas de ejercicios para dormir mejor incluyen una tanda de
actividades para estirar, ya que estas relajan los músculos y ayudan a que la
irrigación sanguínea ocurra con mayor facilidad.
Se recomienda realizar cada estiramiento en un período de tiempo de entre 10 y 30 segundos con el fin de reducir el estrés. Además, estos también contribuyen en la prevención de lesiones y ayudan a relajar el organismo.