Existe un dicho popular que viene a decir “desayuna como un rey, come como un príncipe, cena como un mendigo y vivirás más”. Esta frase lo que viene a decir es que hay que consumir la mayor parte de las calorías en la primera parte del día, con el objetivo de mantener el peso o, incluso, perderlo.
Sin embargo, un nuevo estudio publicado en la revista Cell Metabolism habría llegado a una contradicción en este aspecto: comer más durante el desayuno o la comida y menos en la cena no ayuda a quemar más calorías. Lo que sí se ha visto es que, si se concentra la comida en la primera parte del día, se produce una mayor saciedad durante la tarde, lo que, en última instancia, sí podría fomentar la pérdida de peso.
Según comenta la profesora Alexandra Johnstone, investigadora especializada en el control del apetito en el Instituto Rowett de la Universidad de Aberdeen (Escocia): “Hay muchos mitos en torno al momento de las comidas y cómo puede influir en el peso o la salud. Esto ha sido impulsado, en gran medida, por los estudios sobre el ritmo circadiano. Sin embargo, en el campo de la nutrición nos hemos preguntado si todo esto es cierto, dónde iría la energía en este caso, y hemos decidido echar un vistazo más cercano a cómo la hora del día influye en el metabolismo”.
Para el estudio, se reclutaron sujetos con sobrepeso u obesidad y se controló tanto sus dietas como su metabolismo durante un periodo de tiempo de nueve semanas en total. 16 hombres y 14 mujeres completaron todo el estudio.
Cada participante fue asignado inicialmente al azar para comer una dieta más cargada de calorías por la mañana o más cargada por la noche, durante cuatro semanas. Las dietas fueron isocalóricas, con un 30% de proteínas, 35% de carbohidratos y 35% de grasas. Posteriormente se realizó un periodo de lavado de una semana, equilibrando las calorías a lo largo del día, y cada participante realizó a una dieta opuesta durante otras cuatro semanas.