Janet y Alexander Totsko de San Diego, Calufornia, estaban destinados a estar unidos de por vida, incluso después de ella. Demostraron que el amor eterno e incondicional sí existe. La pareja tenían menos de 8 años cuando se conocieron y desde entonces habían tenido un vínculo muy especial que se fortaleció con el tiempo.
Foto: viralistas.com
Foto: viralistas.com
Tras 75 años felizmente casados y, a pesar de las adversidades, siempre prevaleció el sentido de unidad, el respeto y el deseo de superar los desafíos juntos; fallecieron unidos y abrazados con pocas horas de diferencia.
Foto: viralistas.com
El hecho conmovió al mundo entero; porque pocas veces se conoce una historia de amor con un desenlace tan emotivo. Se casaron en 1940 y desde entonces no se separaron ni un momento, son claros ejemplos del verdadero amor perdurable; “hasta que la muerte los separe”.
Los problemas de salud de Alexander estaban relacionados con la fractura de cadera que sufrió hace unas semanas y tuvo que ser inmovilizado, su esposa Janet, se encargó de permanecer a su lado en la cama; ella también enfermó y tuvieron que ser atendidos en un lugar de apoyo y cuidado de ancianos.
Foto: viralistas.com
Solo unos días después de celebrar su 75 aniversario de bodas, los dos murieron casi al mismo tiempo; con horas de diferencia. Partieron hacia el cielo casi al mismo tiempo que prometieron. Su hija quiso fotografiar el último abrazo.
Foto: viralistas.com
Lo que la hija de la pareja nunca imaginó, es que la escena finalmente emocionaría a millones de personas en todo el mundo y los rostros de sus padres; se convertirían en símbolos del amor verdadero.