Esos gases que se acumulan en nuestro cuerpo y provocan malestar y sensación de pesadez e hinchazón pueden estar producidos por diferentes causas. Entre las más comunes está el estrés, la aerofagia (tragar aire al comer o al mascar chicle, por ejemplo) o el estreñimiento, que produce una mayor putrefacción, y otros problemas digestivos como la indigestión de alimentos.
Orégano:
Su aceite esencial es un potente antimicrobiano, que consigue eliminar el exceso de bacterias perjudiciales del intestino, responsables de la producción de los gases. Se utilizan de 3 a 4 gotas en un dedo de agua, 10 minutos antes de las 3 comidas principales, durante 7 a 14 días, repitiendo si es necesario después de descansar de 14 a 30 días.
Jengibre:
Su rizoma estimula la movilidad del estómago mejorando la digestión. Reduce los espasmos de la pared muscular de los intestinos y así alivia los trastornos producidos por los gases. Se recomienda tomar la decocción de una lámina de ½ cm por vaso de agua, después de la comida y la cena.
Carbón vegetal activado:
Especialmente eficaces cuando tardas en ir al lavabo y sientes tu vientre más hinchado. Es ungran absorbente de residuos, restos bacterianos y de gases. Debido a sus pequeños pero muy activos poros, permiten evacuar estos residuos fuera de nuestro organismo con rapidez y eficacia cuando se quedan más tiempo de lo recomendable y deseado. Se emplean en periodos cortos de 3 a 7 días, tomados con abundante agua, antes de las principales comidas.
Hinojo, anís verde o anís estrellado:
Las semillas de estas plantas neutralizan la producción de gases. Asimismo, reducen los espasmos intestinales, y estimulan la digestión. Se recomienda tomarlos en decocción de una cucharada sopera rasa por vaso de agua, después de la comida y la cena.