La avena es un alimento que proviene de la planta herbácea anual, perteneciente de la familia de las gramíneas, y sus semillas son ricas en nutrientes y ayudan a reforzar el sistema inmunológico.
Es un cereal que aporta energía y grandes cantidades de minerales ayudando a desechar el colesterol. Además, es rico en proteína, grasas y oligoelementos.
Reduce el colesterol del cuerpo:
Su alto nivel de omega 3, linoleicos y fibra soluble hacen que, al conectar con el sistema digestivo, la avena se torne viscosa, llegando a absorber la cantidad de colesterol malo en el cuerpo. Se sugiere que la mejor forma de aprovecharla es en hojuelas, ya que al prepararla en agua o leche vegetal se absorberán más los nutrientes.
Beneficios:
Alivia la gastritis:
Un vaso de avena hecha en agua, antes del desayuno, hará que el estómago no desarrolle ulceras gástricas y evitará que los alimentos que consuma en el día no le provoquen acides estomacal, pues gracias a su fibra y vitaminas se podrán eliminaran los excesos de ácidos.
Mejora el control de azúcar en la sangre:
Al ser un alimento soluble y contener betaglucano, la avena ayuda a que se aproveche mejor la glucosa, tonificando el sistema nervioso debido a su alto nivel de vitamina B, y a que se forma en el organismo como un gel que favorece al estómago cuando se vacía, así como el paso del azúcar a la sangre.
Reduce el riesgo del cáncer:
Ya que este alimento es de origen vegetal, depurativo y antioxidante, el consumo de este cereal ayuda a prevenir los problemas cardiacos y el cáncer, ya que contiene fitoquímicos que comprimen la posibilidad de contraer cáncer de colon y mama.