“No
creímos que una cosa así pudiera llegar a pasar tan rápido”, explica
preocupado en un comunicador el líder de este estudio publicado en
Scientific Reports, Michael Scharf, del departamento de entomología de la
Universidad Purdue. Pero ha ocurrido…
Las
cucarachas comienzan a desarrollar una inmunidad a ciertos tipos de
insecticidas y lo hacen a una velocidad que ni los propios investigadores
creían que podría llegar a suceder. El trabajo está centrado en una especie
común de Alemania (Blattella
germanica) y tras varios experimentos han demostrado que su resistencia
ante los químicos usados para acabar con ellas ha aumentado considerablemente,
unas 4 o 6 veces más… ¡en tan solo en una generación! Pero la cosa no queda
ahí, ya que algunas de ellas fueron capaces de desarrollar una
“resistencia cruzada”, es decir, que obtuvieron una tolerancia ante
una sustancia habitualmente tóxica solo a través de un tipo de insecticida
similar que obtuviera este químico, lo que les convierte en una especie prácticamente
imposible de eliminar.
Para
llegar a esta conclusión, los investigadores trabajaron con 3 tipos de
insecticidas habituales: abamectina, ácido bórico y tiametoxam. Los usaron
sobre 3 apartamentos infestados de cucarachas en EE, UU. Durante medio año de
manera que pudieran sacar sus propias conclusiones. En el primero, cada mes se
usó uno de los insecticidas; en el segundo, solo se usaron dos de ellos;
mientras que en el tercero, se eligió uno de ellos al que las cucarachas tenían
una resistencia de bajo nivel.
La
sorpresa llegó cuando comprobaron que la comunidad de cucarachas parecía
hacerse cada vez más fuerte. En las casas en las que solo se usó uno o dos
insecticidas diferentes, las cucarachas llegaron a aumentar su población en al
menos un 10%. Mientras que en la que se usaban tres, como si no fuera ya suficiente,
mantuvo el número de habitantes con patas, sin lograr reducirlo.
Posteriormente, trasladaron estos resultados al laboratorio y comprobaron que
las cucarachas y sus crías se habían vuelto prácticamente inmunes a una clase
de pesticidas.
Si
tenemos en cuenta que una hembra puede llegar a traer el mundo a otras 50 crías
en un ciclo reproductivo de 3 meses, con que una pequeña parte de su
descendencia desarrolle la “resistencia cruzada” a los químicos
usados y sobreviva, será capaz de reproducirse sin problemas trayendo a más
bichos a nuestro hogar.
Los
investigadores aseguran que se trata la primera vez que se pone en relieve este
problema y que indica que no podemos depender solo de productos químicos para
acabar con ellas y no dejar que las futuras plagas acaben por dominarnos.
Fuente:
quo.es