El embarazo puede causar una serie de cambios en la piel debido a los cambios en las hormonas y en el flujo sanguíneo. Por ejemplo:
Venas varicosas:
Podrías presentar un agrandamiento de las venas de las piernas (várices), debido a que el útero ejerce una mayor presión sobre estas venas. Los cambios hormonales durante el embarazo también pueden influir. Las várices que aparecen durante el embarazo generalmente mejoran sin tratamiento médico de tres a 12 meses después del parto.
Cambios en la pigmentación:
La zona alrededor de los pezones y la piel de la parte interna de los muslos, los genitales y el cuello pueden oscurecerse, posiblemente debido a cambios hormonales. Es posible que notes una línea oscura desde el ombligo hasta el hueso púbico (linea nigra).
Tal vez te aparezcan manchas oscuras en la cara (cloasma). Evita la exposición al sol, ya que puede empeorar el cloasma. Después del parto, la piel normalmente vuelve a su pigmento normal a lo largo de un período de varios meses. Sin embargo, es posible que algunas de las manchas oscuras producidas por el cloasma nunca desaparezcan.
Estrías:
Las estrías son venas que a menudo aparecen en el abdomen, los senos, las caderas, los glúteos y los muslos. Surgen a raíz del estiramiento de la piel y son frecuentes durante el segundo y tercer trimestre. Muchas cremas, ungüentos y otros productos dicen prevenir o tratar las estrías. Sin embargo, los tratamientos son solo parcialmente eficaces y no eliminarán las estrías por completo.
Acné:
Algunas mujeres tienen problemas de acné durante el embarazo. Para contrarrestar el acné, lávate con un limpiador suave. Lávate con champú regularmente, no te toques las marcas y ten cuidado con lo que está en contacto con tu piel.