La papa es una de las hortalizas que más se consumen en todo el mundo, no sólo por su versatilidad en la gastronomía sino porque es una fuente de nutrientes esenciales que le brindan beneficios al organismo.
Un 75% de su composición es agua, pero también contiene almidones, antioxidantes y otra variedad de sustancias que le confieren interesantes propiedades.
Fortalece el sistema inmunitario:
Los compuestos del zumo de papa cruda son de naturaleza alcalina y, tras ser absorbidos, controlan el nivel de acidez en la sangre. Estas propiedades equilibran el pH natural del organismo y disminuyen el riesgo de desarrollar varios tipos de enfermedades crónicas que suelen darse en ambientes ácidos. También aporta cantidades significativas de vitamina C, un nutriente asociado con la construcción y el fortalecimiento del sistema inmunitario del cuerpo.
Aumenta los niveles de energía:
Las personas que consumen una pequeña cantidad de este jugo natural tienen un aumento en su rendimiento físico y mental durante la jornada. Sus almidones y fibras naturales aumentan el gasto energético y contribuyen a mejorar la productividad.
Actúa como antiinflamatorio:
El jugo natural de papa cruda tiene poderosos compuestos antiinflamatorios que lo convierten en un remedio natural contra los dolores en los músculos y las articulaciones. Añadirlo en la dieta controla los desequilibrios en los procesos inflamatorios del cuerpo y, de paso, ejerce un efecto analgésico que proporciona alivio ante diferentes tipos de dolores.
Protege la salud cardiovascular:
Por su capacidad para mejorar la circulación de la sangre y regular los niveles de colesterol, esta bebida orgánica también es una gran aliada de la salud cardiovascular. Al ingerirla disminuye la inflamación, se optimiza el trabajo del corazón y se reduce el riesgo de padecer patologías crónicas como la hipertensión y la arteriosclerosis.
¿Cómo preparar jugo de patata cruda en casa?
Ingredientes:
- 3 papas.
- 1 vaso de agua (200 ml).
Preparación:
Pela las papas, córtalas en varios trozos y mézclalas con medio vaso de agua en la licuadora. Tras obtener una bebida sin grumos, divídelo en dos tomas (de medio vaso cada una) y consúmelo por la mañana y por la noche. De forma opcional puedes pasar la hortaliza por un extractor de jugos para no tener que combinarla con agua.