Las fresas son pequeñas frutas de color rojo brillante que desde el punto de vista nutricional, destacan por su alta concentración de antioxidantes que, sumados a sus vitaminas y minerales, le brindan interesantes beneficios al cuerpo. De hecho, dado que son muy bajas en calorías, están recomendadas para perder peso de forma saludable, ya que controlan la sensación de hambre y apoyan las funciones metabólicas.
Ayudan a mejorar el estado de ánimo:
Las fresas contienen sustancias como la vitamina B1, que ayuda a combatir la irritabilidad y la tristeza. Esta sustancia es asimilada por el sistema nervioso y, tras estimularlo, aumenta la producción de las hormonas del bienestar.
Previenen las enfermedades cardiovasculares:
Las fresas contienen un tipo de antioxidante que consigue disminuir el nivel de inflamación de los tejidos y, de paso, baja los niveles de colesterol y triglicéridos. Contribuye a reducir el riesgo de hipertensión arterial, ya que aumenta la elasticidad de las arterias y evita las obstrucciones.
Protegen la salud visual:
Este alimento contiene altos niveles de pigmentos como la luteína y la zeaxantina, dos carotenos que contribuyen a proteger la salud visual. Estos antioxidantes, sumados a la vitamina C, crean un filtro contra los rayos UVA del sol y las toxinas. Así, disminuyen las probabilidades de desarrollar cataratas o degeneración macular.
Combaten el estreñimiento:
Las fresas contienen cantidades importantes de fibra dietética que, combinada con el agua, ayuda a mejorar el movimiento intestinal para facilitar la expulsión de las heces. Estos compuestos lubrican los desechos y facilitan su paso a través del tubo digestivo. A su vez, contribuyen a controlar la inflamación abdominal y otros síntomas derivados de un proceso digestivo lento.