El responsable del crimen fue identificado como Espen Andersen Brathen, un ciudadano danés de 37 años.
La policía de Noruega reveló este lunes que las cinco víctimas del atacante con arco y flecha la semana pasada fueron asesinadas por un “objeto afilado” que el perpetrador usó después de dejar caer su arco.
La investigación indica que el sospechoso Espen Andersen Bråthen, de 37 años, que confesó los asesinatos, primero hirió a sus víctimas disparándoles flechas, para después apuñalarlos hasta la muerte, detalló el inspector Per Thomas Omholt.
“En algún momento descartó o perdió su arco y flechas”, señaló el inspector y agregó que el hombre mató en Hyttegata “a cinco personas con un objeto afilado tanto en sitios privados como en espacios públicos”.
“Todo indica que esas víctimas fueron elegidas al azar”, agregó en la rueda de prensa, apelando a la investigación en curso para no dar más detalles del tipo de armas usado.
La policía, que hasta ahora no había explicado cómo mató a sus víctimas, insistió en que cree probable que el motivo del ataque sea la enfermedad mental del agresor, custodiado en un psiquiátrico desde el jueves, y que duda de que sea en realidad un converso al islam, como él mismo aseguró.
Bråthen, que estuvo bajo el radar de los servicios de inteligencia (PST), “no observaba las tradiciones comunes de esa cultura y religión”, por lo que la teoría de la conversión al islam se ha “debilitado”, reiteró Omholt.
Las autoridades fueron avisadas el miércoles por la tarde de que un hombre disparaba flechas en el centro de Kongsberg. Cinco minutos después dos agentes lo encontraron, pero huyó tras dispararles.
En la media hora siguiente hasta su detención mató a cuatro mujeres y un hombre e hirió a tres personas más, ya dadas de alta consigna.
Sus amenazas fueron desacreditadas
Los servicios de inteligencia habían sido avisados en 2015 del peligro de radicalización de Bråthen y, tres años después, fue contactado por un video publicado en Internet en el que lanzaba amenazas sin especificar y reafirmaba su condición de musulmán.
La inteligencia noruega consideró entonces que no era un islamista radical y avisó a los servicios de salud de que tenía “problemas psíquicos graves”.
Las autoridades noruegas han anunciado una investigación para determinar el seguimiento al que fue sometido Bråthen por los servicios sanitarios, mientras la Dirección General de Policía evaluará la actuación en el ataque y el intercambio de información entre policía y PST.