El aceite de coco es uno de los ingredientes de origen
natural que pueden contribuir al control de la sintomatología de la dermatitis
atópica. Si bien no es un tratamiento de primera elección contra esta
enfermedad, sí resulta útil a la hora de calmar la irritación y prevenir
infecciones.
La dermatitis atópica, también llamada “eccema”, es una enfermedad cutánea de carácter crónico que se caracteriza por causar enrojecimiento, sequedad y comezón. A menudo provoca parches escamosos en diversas partes del cuerpo, sobre todo en las manos, los tobillos, el cuello y la parte interna de los codos y las rodillas.
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Remedio:
Para la mayoría de las personas, el aceite de coco se
considera seguro. No obstante, en algunos pacientes con eccema puede causar un
efecto contrario al deseado. Por lo tanto, es necesario consultar con el médico
o el dermatólogo antes de usarlo. Asimismo, se debe evitar si hay antecedentes
de alergia al coco.
Si no hay inconvenientes, lo ideal es elegir un aceite virgen extra o prensado en frío. Esto asegura que su composición es libre de otros químicos que pueden resultar irritantes. Para que sea fácil de aplicar, lo mejor es mantenerlo a temperatura ambiente. Así, basta con tomar una pequeña cantidad para masajear las zonas deseadas dos veces al día.
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Como muchos otros ingredientes naturales, debe emplearse con
precaución, preferiblemente con la supervisión del dermatólogo.