Oliver Cooper-Grace, de 22 años, nunca pensó vivir tal pesadilla. Durante dos meses, este joven británico padeció un fuerte dolor en el lado izquierdo de la cabeza, mareos y sensación de debilidad. Tras no soportar más las molestias, fue al médico y quedó devastado tras recibir un terrible diagnóstico.
Según contó el propio Oliver en conversación con un medio, el dolor era tan intenso que en más de una oportunidad quedó postrado en cama sin poder trabajar varios días. Las molestias lo llevaron cuatro veces al hospital, los especialistas lo revisaron y le indicaron reposo; sin embargo, el dolor no desaparecía y se sometió a un examen después de ir a urgencias una mañana tras vomitar toda la noche.
En aquella oportunidad, el médico le dijo que el joven tenía un tumor cerebral y que estaba a solo cinco días de estar en coma. Pese a que el diagnóstico “aterrorizó” a Oliver, este optó por mostrarse tranquilo. “Ser diagnosticado con un tumor cerebral en realidad fue un alivio. Me di cuenta de que algo andaba muy mal, así que entender qué era y que me dijeran qué tratamiento esperaría era bueno saberlo”, dijo.
Dos días después, fue llevado a urgencias y se sometió a una cirugía para extirpar el 70% del tumor. La semana siguiente fue su cumpleaños y fue sorprendido por sus amigos, quienes llegaron a su hogar con la cabeza rapada, tal como él había quedado tras la operación. “Se sorprendieron al ver que todavía tenía algo de cabello; de hecho, ¡tenía más que ellos!”, recordó.
Mientras continúa el tratamiento, Oliver expresó que se animó a contar su historia públicamente para crear conciencia sobre los tumores cerebrales. Asimismo, para alentar a las personas a ir al médico si presentan síntomas como los que él tuvo.