Darko Desic,
se fugó de la cárcel de Grafton, en Nueva Gales, el primero de agosto de 1992.
Han pasado 30 años y decidió entregarse por una insólita razón que obedece
forzosamente a la situación generada por la pandemia.
El hombre quien había sido sentenciado a tres años de cárcel por cultivar cannabis. Tenía 35 años cuando armó un plan y escapo de la prisión.
El hombre
de 64 años apareció en una estación de policía, afirmando que la estricta
cuarentena impuesta desde el mes de junio en el país, lo dejó en quiebra: sin
empleo y sin una casa en donde vivir.
Cuando acudió a la Policía confesó que se fugó de la cárcel por el temor a que, tras cumplir su pena, lo deportaran en ese entonces a Yugoslavia, donde le aguardaban sanciones por no completar el servicio militar obligatorio.
Las
autoridades policiales de Australia señalan que Desic podría afrontar una
condena de hasta siete años de prisión.