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Se ha asociado la halitosis con una mala higiene bucal y enfermedades de la cavidad oral, pero este no es el único origen del mal aliento, también puede ser causado por ciertos alimentos.
Son varias las comidas que se han vinculado a la aparición del mal aliento en los seres humanos y ello tiene que ver con los compuestos químicos o sustancias que presentan.
Lácteos:
Los lácteos son ricos en lisina, que es un aminoácido que al ser fermentado por las bacterias presentes en la boca, genera residuos conocidos como putrescina, los nombres de los mismos están asociados al fuerte olor que producen.
Pescados en conserva:
En general, el olor que produce el pescado cuando está podrido es muy evidente, el mismo se asocia a la aparición de aminas biógenas, si bien nadie consumiría un alimento en descomposición, ocurre que en su estado en conserva dicho proceso puede continuar, y con ello aumenta la probabilidad de tener halitosis.
Ajo y cebolla:
Son los principales responsables, en especial cuando se comen crudos, son miembros de la familia allium y tienen una composición similar, ya que incluyen partes de azufre, dan un sabor distintivo a los alimentos, además liberan gases cuando se cortan o trituran.