La historia
de Murtaza Ahmadi dio la vuelta al mundo en enero del 2016, este niño afgano,
que por aquel entonces tenía cinco años, se hizo viral después de que su
hermano subiera en Facebook una fotografía suya con una bolsa de plástico
puesta simulando una camiseta con el nombre y el número de Leo Messi.
Todos los
medios de comunicación hablaron del pequeño y su historia llegó incluso a oídos
de organismos internacionales y como era de esperar, también del astro
argentino quien primero le envió regalos a Murtaza.
Tiempo más tarde, en diciembre de ese mismo año, lo conoció personalmente en Qatar, donde Messi había llegado a disputar un partido. Sin embargo, Ahmadi fue poco a poco quedando en el olvido y ahora un reportaje ha desvelado qué ocurrió después, sacando a la luz un estremecedor relato.
Foto: mundodeportivo.com
Desde los
primeros tiempos en que se puso la camiseta de plástico, hasta el presente, el
niño sufrió amenazas, tuvo que huir de su aldea, vivió con miedo al secuestro y
al robo y finalmente debió exiliarse en Kabul, la capital de Afganistán, donde
pasó un tiempo recluido y alejado de sus parientes para evitar que alguien lo
reconociera.
La triste historia de este pequeño que hoy cuenta con nueve años y asegura que sigue amando a Messi a pesar de todos los sufrimientos que atravesó luego de vestir su camiseta, fue recopilada en un video que realizó el sitio de deportes internacional “Bleacher Report”, allí el propio Murtaza y sus familiares narran las cosas que sufrieron a causa de aquella primera viralización.
Foto: emol.com
“La gente
empezó a pensar en qué circunstancias económicas estábamos, que ni siquiera le
podía comprar una camiseta decente a mi hijo”, agregó Arif, el papá del niño,
sobre la bolsa de plástico. A la familia le llegó el rumor de que, conmovido
por la estampa de Murtaza, Lionel Messi quería conocer al pequeño. Por lo
pronto, llegaron a la casa del niño dos cajas, que terminaron siendo, también
como la foto.
“Cuando vi las dos cajas pensé inmediatamente que una tendrían juguetes para Murtaza y la otra, dólares. Pero no, solo una pelota de fútbol y una camiseta de la selección Argentina”, sentenció Arif todavía con decepción en su voz.
Foto: s.yimg.com
“La gente
que pasaba por el pueblo preguntaba que cómo vivíamos, si Messi nos había
mandado mucho dinero y empezó a haber gente merodeando la casa por la noche.
Fue muy molesto”, lamentó Arif.
Cuando la
situación se hizo insostenible, la familia vendió el auto y otras pertenencias
y decidió emigrar a Pakistán. Pidieron para ello que se los otorgara la
situación de refugiados, ya que, además del acoso de su propio pueblo, el niño
y sus familiares habían recibido una carta de amenaza de un grupo de talibanes,
que también le exigían a la familia una tajada de ese supuesto dinero que les
había enviado Messi.