Agitadas por el viento,
las olas se mueven en un vaivén eterno, cuya energía podría aprovecharse. Es lo
que se conoce como energía undimotriz, o lo que es lo mismo, la forma de
captación energética que se nutre del oleaje.
La cosa no es sencilla,
porque en una ola se esconden tres tipos de energía: dos producidas por los
cambios de empuje en las dos fases de su movimiento: cresta (al ascender y
caer), seno (al sumergirse y volver a emerger) y una tercera nacida de su
desplazamiento. Entre los sistemas que intentan aprovechar la energía de las
olas, uno ha sido desarrollado en España. Bautizado como Pysis, es capaz de
aprovechar al máximo todo ese potencial energético.
El dispositivo está formado por una serie de boyas de 12 metros de longitud, conectadas por un sistema de transmisión a unos depósitos invertidos que llenos de aire, ofrecen resistencia ante los movimientos de la ola y aprovechan esa fuerza para producir energía. Pese a que las boyas están conectadas, funcionan autónomamente, de manera que cada una aprovecha el estado de la ola en función de su posición. Según sus creadores, un generador de 10 grupos de boyas en el Atlántico generará 19,8 Gwh al año, el equivalente a un generador eólico, pero la energía undimotriz es una fuente más predecible y constante pues se calcula que por cada hora de viento se pueden tener entre dos y dos y media de oleaje.
Post: Sergio Osorio
Fuente: quo.es