El romero
es una planta que posee numerosas propiedades medicinales, entre otras, es
antiséptico, antiespasmódico, aromatizante, depurativo, estimulantes estomacal,
carminativo, colagogo facilita la expulsión de la bilis, diurético o
hipotensor.
La actividad principal del romero está íntimamente vinculada al sistema digestivo por estimular y favorecer las secreciones y la producción de jugos gastrointestinales. También sorprende en otros efectos no tan vinculados.
Beneficios:
- Efecto
carminativo: favorece la disminución de la generación de gases en el tubo
digestivo y con ello disminuyen las flatulencias y cólicos.
- Facilita
la expulsión de la bilis retenida en la vesícula biliar.
- Efecto
diurético como la cola de caballo, antiinflamatorio, antiulcerogénico y
antioxidante.
- Efecto
antibactericida, antiséptico, fungicida y balsámico.
- Efecto
rubefaciente y cicatrizante aumenta el flujo de sangre en la zona localizada
aliviando dolores de afectaciones osteomusculares.
¿Cómo usarlo?
El romero se puede administrar internamente o de manera externa. La fracción que se aprovecha son las sumidades floridas y las hojas, con ellas se pueden hacer diferentes remedios destinados a ayudar o aliviar diversos problemas. También en el mercado se pueden encontrar presentaciones ya formuladas y destinadas a un tratamiento específico.
- Infusión es la forma más tradicional. Mezcla de 2-4 g de hojas secas en 150 ml de agua hirviendo. reposar de 10-15 minutos y filtrar. Tomar de dos a tres (tazas) al día, preferiblemente después de las comidas principales.
- Cápsulas son de hojas pulverizadas concentradas en diferentes dosis.
- Extracto fluido: 30 gotas, tres veces al día.
- Esencia 3-4 gotas, tres veces al día diluido en líquido.