Enamorarse
es uno de los sentimientos más lindos, pero cuando las cosas no resultan como
lo esperamos puede llegar a ser demasiado doloroso.
Las maripositas en el estómago y el corazón palpitando a mil por horas, hacen parte de las reacciones del amor que además, responden a la actividad cerebral que se activa cuando se piensa en ese ser amado.
“El
cuerpo tiene unos sensores para el llamado bioestrés, o lo contrario las
situaciones que generan bienestar, placer, ilusión y sobretodo la compañía, son
captadas por estos receptores”, explicó el médico Julio Durán Casas a
NoticiasRCN.com.
Sentirse amado y respaldado mejora el metabolismo y la frecuencia cardiaca, hace fuerte al sistema inmunológico, entre otros beneficios.
“Sentir
que no estás solo, que ante la mayor de las afrentas tienes a una persona solidaria
y permanente, no una emoción de una aventura, sino una presencia… produce
efectos muy benéficos en el organismo. Incluso, en los reflejos. La persona se
cae menos, tiene mayor postura y asertividad en los movimientos finos, son
personas hábiles y coherentes, tranquilas, no conflictivas, esto se traduce en
resultados objetivos en la salud”, afirmó Durán.