En Calgary, Canadá, una paramédica atendió a su propia hija sin saberlo tras un accidente automovilístico.
Jayme Erickson fue llamada al lugar del accidente, se sentó con la joven herida de gravedad que fue sacada del auto y llevada al hospital, en donde murió. La hija de la mujer estaba irreconocible debido a sus lesiones.
No fue sino hasta que Erickson llegó a su casa al final del día que la buscaron agentes de la Real Policía Montada de Canadá (RCPM, por sus siglas en inglés), quienes le informaron que la paciente era Montana, su hija de 17 años.
Erickson compartió su dolor con la prensa la tarde del martes cuando dijo que su hija era exitosa en todo lo que se proponía hacer y una nadadora entusiasta que quería ser abogada.
“Era una luchadora y luchó hasta el día que murió, y era hermosa. Era tan hermosa. Si alguna vez se esforzaba en algo, lo lograba”, dijo Erickson.
Erickson fue la primera persona en llegar al lugar. Reed, compañero de la mujer dijo que Erickson sabía que la joven estaba en peligro y se sentó ahí hasta que la sacaron y llevaron al hospital en una ambulancia aérea sin saber quién era.