El “Ejército de Jesús” nació en la ciudad de Northampton, Reino Unido, en 1969 como una comunidad bautista que seguía el movimiento cristiano evangélico neocarismático. Acumuló miles de seguidores en diferentes partes del país y alcanzó a tener más de trescientas congregaciones que más tarde fueron investigadas por numerosas denuncias de abusos sexuales y psicológicos ocurridos en la década de los 80.
A fines de la década de los sesenta, “El Ejército de Jesús” nació como una casa parroquial de la mano de Noel Stanton, un fanático que predicaba en contra de los pecados carnales y ofrecía ayuda a personas sin hogar y drogadictos. Prometía una nueva vida que solo se garantizaba por medio de la devoción a sus reglas.
La secta logró reunir a más de 3.500 personas que vivían en distintas localidades de Inglaterra donde eran sometidos a intensos régimenes de trabajo y culto a Dios. Allí, las personas eran obligadas a compartir la ropa interior y sus ingresos mensuales que llegaron a acumular más de 60 millones de dólares, gracias a las contribuciones que fueron invertidas en negocios que generaban millones cada año.
Sin embargo, todo se desmoronó cuando más de 200 de víctimas rompieron el silencio y solicitaron indemnizaciones por haber sufrido violaciones, acoso, trabajo forzado y esclavitud financiera.
De momento, diez personas vinculadas al Ejército de Jesús fueron condenadas por delitos sexuales, mientras que otros 43 líderes de la organización están siendo investigados.
Según informa la BBC, los niños eran separados de sus padres a los 12 años y se les asignaba un pastor que estaba al tanto de su desarrollo espiritual, alejados de sus familias y expuestos a violaciones y acosos sexuales constantes.
Era común que los adultos entraran en las habitaciones mientras se bañaban o se desvestían. Algunos recuerdan que los pastores solían tocar sus piernas debajo de la mesa durante la cena o acariciar sus senos mientras le daba dinero para comprar helado.
La serie de denuncias logró que la organización cesara sus actividades y se pidieran disculpas públicas a las víctimas, además de instar a las víctimas a hacer las denuncias correspondientes.
“Estamos profundamente arrepentidos y horrorizados por el abuso que ha tenido lugar dentro de nuestra comunidad y ofrecemos nuestra sincera simpatía y una disculpa sin reservas a todos los afectados”, señalan desde El Ejército de Jesús.
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