Según la OMS en total se han llevado a cabo más de 2.800 ensayos con diferentes intervenciones hasta diciembre pasado, buscando un medicamento o tratamiento para combatir el COVID-19.
Por medio de una estrategia computacional de detección de medicamentos, se llegó a la conclusión de que el pralatrexato, un fármaco que se usa en quimioterapia para tratar los linfomas, podría servir para inhibir la replicación del SARS-CoV-2.
Los linfomas son un tipo de cáncer del sistema linfático, el cual está compuesto por los ganglios y una extensa red de vasos que los conectan, denominados vasos linfáticos. Estos órganos forman parte del sistema inmunológico, que se encarga de la defensa del organismo.
“Nuestro estudio descubrió que el pralatrexato es capaz de inhibir de forma potente la replicación del SARS-CoV-2 con una actividad inhibidora más fuerte que Remdesivir en las mismas condiciones experimentales”, aseguran los investigadores en su estudio publicado en la revista científica Plos One.
El hallazgo demuestra la viabilidad de la detección rápida y precisa de fármacos antivirales para los inhibidores del SARS-CoV-2 así como proporciona agentes terapéuticos potenciales contra COVID-19.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores combinaron múltiples técnicas computacionales que simulan interacciones fármaco-virus desde perspectivas diferentes y complementarias. Identificaron distintos medicamentos por su capacidad potencial para inhibir la replicación del COVID-19 al dirigirse a una proteína viral llamada ARN polimerasa dependiente de ARN (RdRP).
De los 1906 medicamentos, solo cuatro pasaron a la siguiente fase del estudio que posteriormente fueron evaluados contra el COVID-19. Y de esos, el pralatrexato y la azitromicina, lograron la inhibición con éxito, siendo el primero el medicamento más fuerte para impedir la replicación según los valores detectados.
Los investigadores explican que en un futuro podría ser utilizado, pero no de manera inmediata ya que actualmente puede provocar efectos secundarios importantes.