Un reciente estudio indica que las personas que desarrollen una infección grave por COVID-19 podrían tener repercusiones en los ojos.
El estudio se realizó con 129 pacientes franceses que habían sido hospitalizados por COVID-19, un equipo de científicos llegó a la conclusión de que algunos casos extremos presentan daños en los ojos.
Los expertos llegaron a la conclusión a partir de escáneres cerebrales con imágenes de resonancia magnética (IRM), el estudio reveló nueva información sobre las consecuencias de la enfermedad.
De los 129 pacientes, un 7 % mostró signos de anomalías en los ojos. Vistos a través del escáner, los científicos encontraron “nódulos” en la parte posterior de los ojos. Esto quiere decir que los pacientes presentaron inflamación o daño directo en uno o ambos ojos.
El autor principal del estudio, el Dr. Augustin Lecler, profesor asociado de la Universidad de París, destacó con preocupación que nueve de los pacientes analizados presentaron dificultad para ver con claridad frente a sí. Esto se debe a que los nódulos se encuentran en la mácula.
Ocho más reportaron tener nódulos “bilaterales“, que quiere decir que los tenían en ambos globos oculares.
“Los problemas oculares que encontramos pueden ser potencialmente muy graves porque ocurren en la región macular, que es la región responsable de brindarnos una visión clara y la capacidad de ver los detalles finos. Si persiste, podría conducir a una pérdida de visión grave o incluso a ceguera” afirmó el experto.
Los científicos recomiendan que los pacientes graves de COVID-19 tendrían que someterse a pruebas para evaluar la agudeza de su visión una vez que superaron la enfermedad. El problema, según el equipo de Lecler, es que “pueden pasar desapercibidos en gran medida”.