Al mismo tiempo
que se sigue combatiendo el coronavirus, las autoridades de salud han puesto
sus ojos sobre una afección que ha impactado a los pacientes del COVID-19. Su
mortalidad va del 40 al 80 por ciento de acuerdo con las condiciones de base
del paciente.
Se trata de
la mucormicosis, también conocida como el hongo negro, una peligrosa pero rara
infección causada por un hongo que ennegrece los tejidos y que ha encendido las
alarmas.
Este hongo tiene una alta incidencia entre pacientes enfermos y recuperados de COVID. Al menos 19 regiones de la India ya han elevado en los últimos dos meses a categoría de epidemia el avance de esta enfermedad.
Síntomas:
Las personas
cuando son infectadas por el hongo pueden tener síntomas que incluyen: fiebre,
dolor, congestión, inflamación y según los órganos en los que el moho crece,
puede afectarlos seriamente, con manifestaciones de acuerdo con el daño.
También puede diseminarse por la sangre, ocasionando fallas sistémicas, que
pueden llevar a la muerte.
Tratamiento:
Lo importante es diagnosticarlo a tiempo y frenar el crecimiento en el organismo. Para eso se deben compensar las enfermedades que favorecen el desarrollo de la infección, aplicar antimicóticos (antibióticos contra hongos) específicos por vía endovenosa a dosis suficientes y por tiempos prolongados y cuando es necesario se deben remover quirúrgicamente los tejidos afectados y realizar manejos multidisciplinarios de monitoreo y seguimiento.