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Lamentablemente no todos han tenido la oportunidad de generar una conexión con sus abuelos. Muchas veces se van antes de poder crear recuerdos, o simplemente la relación es lejana por otras razones.
Pero, aquellos que han tenido la fortuna de disfrutarlos saben que es todo un regalo que, como todo, tiene su fecha de caducidad. Ver los rostros arrugados, los ojos llenos de sabiduría, y la dulzura en su sonrisa te vuelven adicto a su compañía.
Sobretodo porque sabes que no serán eternos, y eso vuelve tu complicidad más fuerte. Si eres de esos que tienen flojera, pocas ganas o dan por sentado las relaciones tienes que leer esto.
Una investigación de la Universidad de Oxford demostró que entre más contacto y conexión amorosa hay entre los nietos y sus abuelos, mayor bienestar social y emocional tienen éstos.
Esto se debe al gran vínculo que protege a los nietos de los agentes externos que podrían encontrar. De esta manera los niños y jóvenes crecen con mayores capacidades sociales y cognitivas.
“Las relaciones cercanas entre abuelos y nietos amortiguan los efectos de eventos adversos en la vida, como la separación de los padres, ya que calma a los niños”, manifiesta la Dra. Eirini Flouri, una de las autoras del estudio.
¿Cómo se realizó el estudio?
Los resultados fueron gracias al análisis de 1,596 niños de Inglaterra y Gales. Evaluaron aspectos como:
- Nivel socioeconómico.
- Edad de los abuelos.
- Nivel de cercanía en la relación.
Se realizaron 40 entrevistas a profundidad de los niños para entender un poco más de su contexto. También revelan la importancia que este tipo de relaciones tienen en nuestra sociedad.
Encontraron que la cercanía no basta, los abuelos también tienen que estar involucrados en la vida de estos jóvenes para ayudarlos a tener un mayor sostén.
Tomado de: Nueva Mujer